Cuatro estrategias para apoyar el aprendizaje de lxs hijxs en casa

¿Quién se encarga de enseñarnos cómo aprender? Vamos a la escuela por años, muchas actividades extracurriculares requieren que aprendamos, pero, ¿cómo podemos saber si estamos aprendiendo bien? La neurociencia, la ciencia que estudia el cerebro y el sistema nervioso, ha mostrado que hay maneras efectivas para aprender mejor. El aprender bien tiene beneficios en nuestra salud, rendimiento académico, potencial laboral, y energía durante el día. El aprender bien es algo que se puede fomentar y practicar diariamente. Aquí te brindo cuatro estrategias para maximizar el aprendizaje de tus hijxs en casa.

Trabajar la regulación primero para que el cerebro esté listo para aprender

Tendemos a asociar el aprender con la memorización de hechos o la lectura de textos. Sin embargo, el aprender requiere que nuestro sistema nervioso esté listo para exponerse a nueva información. ¿Puede alguien con hambre repasar efectivamente las tablas de multiplicación? ¿O puede alguien memorizarse un párrafo justo después de pasar un suceso estresante? Un sistema nervioso desregulado no procesa la información de la misma manera porque el evento que causó la desregulación se convierte en la prioridad. Invertir tiempo en la regulación de nuestrxs hijxs tiene un impacto directo en su aprendizaje. Así que, en vez de asumir que todo anda bien, hagamos preguntas, ofrezcamos abrazos, y oportunidades durante el día de conectar. Una vez estemos regulados, estaremos más listxs para prender.

Estrategias de recordar y retirar la información del día 

El que hayamos escuchado algo no quiere decir que ahora lo recordaremos para siempre. No es lo mismo escuchar algo y consentir, a ser una misma la que relata la información. Una estrategia que puede ayudar a fomentar el aprendizaje de lxs hijxs en casa es el preguntarle información específica de las clases. Ahora, recuerde que a veces este no es el tema preferido de los estudiantes. Considere juegos divertidos, utilizar un sistema de puntos, algo que involucre risas, y así repase la información del día. Recuerde, esto no es un repaso de leer lo que se escribió, si no de primero tratar de decir la información sin leer. A esto se le llama retirar la información que fue previamente recibida. Así podemos evaluar cuánta se ha quedado y cuánta necesitamos releer para repasar.

Incluir movimiento en el tiempo de estudio y a través del día

Movernos nos ayuda a aprender mejor. Primero, el movimiento ayuda a mejorar nuestro estado de ánimo y reducir el estrés. Ambos necesarios para aprender mejor, pues un mejor estado de ánimo nos ayuda a memorizar mejor y a tener mejor desempeño en las actividades que hacemos. Reducir el estrés nos ayuda a preparar nuestro cerebro para aprender y procesar información. Segundo, el movimiento libera el factor neurotrópico derivado del cerebro, un componente esencial para la consolidación de memorias. Mientras más nos movamos, más de esta sustancia tiene nuestros cerebros para aprender mejor. Así que el evitar estar sentadxs por tanto tiempo, el incluir caminatas en el día, en jugar afuera y correr, trepar, brincar, tiene un impacto directo en la calidad del aprendizaje de nuestrxs hijxs.            

Estudiar por lapsos y después tener recesos estructurados

En vez de sentarnos a leer y estudiar por horas corridas, pongamos un tiempo límite a ese lapso de estudio. El poner una alarma cada veinte a treinta minutos y después tomar un receso estructurado puede maximizar el tiempo de aprendizaje porque se evita que el cerebro se canse. El lapso de atención de cada estudiante varía. Lo importante es evitar el cansancio. Si su hijx comienza a bostezar o a hablar de otro tema a los ocho minutos, pues ese es un buen momento para un receso. Los recesos pueden ser de cuatro a seis minutos. Un espacio para mover el cuerpo, cambiar la actividad, y así poder volver al estudio listo para seguir aprendiendo. La idea de esta estrategia es solo exponerse al material cuando no se está cansado. Eventualmente se puede ir incrementando la habilidad de estudiar por más tiempo, poco a poco.

¿Y si mezclamos todas estrategias en una tarde de estudio?

¡Hagámoslo! Primero, considere una conversación, unos ejercicios de respiración, o cualquier otra actividad que pueda ayudar a regular el sistema nervioso. OJO, no siempre tenemos que utilizar las palabras. Considere comenzar con ejercicios de estiramiento u otra actividad sensorial. De ahí, ponga metas pequeñas de las tareas o repasos que se puedan hacer en lapsos cortos de tiempo. Después, cuando suene la alarma, incluya el movimiento en ese receso. Hay muchos videos en YouTube que tienen ejercicios para niñxs. También puede considerar juegos estructurados o una serie de ejercicios. Mientras juega, haga de dos a tres preguntas relacionadas a lo que su hijx acabó de leer o estudiar. El receso no debe incluir demasiadas preguntas para evitar el cansancio, pero intentar retraer la información estudiada puede maximizar el aprendizaje. Si su hijx no se recuerda de nada, no se preocupe, el hecho de preguntar e intentar retraer, le preparará para estar más listx para la próxima vez. Esto es un tiempo de manejo de atención. Recuerde que debemos mantener la regulación, así que, si no puede recordar, algo como “ok, quizás en la próxima” puede ayudar a continuar la actividad sin ningún tipo de estrés. La idea es que con estas estrategias todos esos lapsos de estudios sean con un cerebro descansado, regulado, y listo para aprender.

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